LASAÑA SIN GLUTEN

Publicado por Rosa Rizzo el

 

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Ingredientes para 2 bandejas para hornear medianas

para las pastas:

Para la salsa bechamel sin lácteos:

Para el ragú:

  • 400 g de carne picada
  • 500 g de salsa de tomate
  • Salteado (aceite AOVE al gusto, 1 zanahoria, 1 cebolla, 1 tallo de apio)
  • sal al gusto
  • Parmigiano Reggiano al gusto

Primero preparamos el ragú: echamos un chorrito de aceite y las verduras cortadas en cubitos en una sartén antiadherente y sofreímos. Añade la carne picada y la sal y deja cocer a fuego lento durante 10 – 15 minutos. Luego agrega la salsa de tomate y cocina a fuego lento durante al menos 30 minutos. Apagar el fuego, dejar enfriar el ragú transfiriéndolo a una fuente para horno de vidrio o cerámica.

Ahora prepara la bechamel sin lácteos: mezcla el aceite con la harina de arroz integral en un cazo y enciende el fuego lento para calentar la mezcla. A continuación añade la nuez moscada y la leche vegetal y cocina durante unos 5 minutos, hasta obtener una crema espesa. Apagar el fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente, revolviendo ocasionalmente.

Ahora dedícate a la pasta fresca: Echa la harina de pasta fresca en un bol grande y pela los huevos en el centro. Empieza a batir la mezcla con un tenedor, recogiendo poco a poco la harina de los bordes y llevándola hacia el centro. Mezclar todo bien, añadir el aceite AOVE y seguir amasando con las manos hasta obtener una masa que no debe quedar demasiado blanda ni pegajosa, sino compacta y tersa. Envuélvelo en film transparente y déjalo reposar a temperatura ambiente durante 30 minutos.

Pasado este tiempo, extiéndalo sobre una superficie enharinada con un rodillo hasta obtener un espesor muy fino (2 – 3 mm), o si tiene una máquina laminadora, extiéndalo en láminas finas.

Corta las hojas al tamaño de tu fuente para hornear con un cuchillo: puedes hacerlas cuadradas, rectangulares u ovaladas.

Antes de utilizarlas, blanquearlas durante 1 o 2 minutos en agua hirviendo: luego colocar una cacerola con agua al fuego y cuando hierva sumergir las hojas una a una durante 1 minuto o un poco más. Sácalas del agua con una espumadera y sumérgelas en una segunda cacerola llena de agua fría y un chorrito de aceite. Colóquelos sobre un paño limpio.

Ahora ya puedes componer tu lasaña: coge la fuente de horno y coloca una cucharada de salsa bechamel en el fondo. Puedes mezclar el resto de la bechamel con el ragú, que de esta forma quedará más fluido y cremoso. Continuar colocando una lámina de pasta y disponer encima 2 o 3 cucharadas de ragú. Espolvorear con una dosis generosa de Parmigiano Reggiano rallado y continuar de la misma manera con otras 2 o 3 capas de lasaña y terminar con el ragú cubierto de parmesano.

Cocine su lasaña en un horno estático a 190° durante unos 25 a 30 minutos.

Curiosidad

Cómo hacer lasaña

Lasaña, plato tradicional de la cocina italiana y siempre presente en las mesas de todas las familias, no son más que finas láminas de pasta al huevo, preparadas con muy pocos ingredientes sencillos. Ya os había hablado de la pasta fresca casera al huevo cuando hicimos los Raviolis y Tagliatelle rellenos, y hoy también veremos juntos cómo preparar lasaña casera sin gluten con una receta muy sencilla, rápida y genuina porque está elaborada con harinas naturales Mulino Marello, sin gomas, azúcares ni espesantes añadidos.

Para preparar la masa de lasaña utilizaremos la mezcla pura de pasta fresca Mulino Marello, a la que no le añadiremos ni almidón ni fibra, sino sólo huevos y un poco de aceite AOVE para amasar.

Como siempre, antes de empezar, equípate con un bol grande y un tenedor con el que trabajarás la mezcla, una tabla de repostería, un rodillo (o, si tienes, una laminadora) y un poco de harina de arroz que tendrás siempre a mano para espolvorear la superficie de trabajo y la masa.

Para componer tu lasaña, también necesitarás condimentos. He decidido ofreceros la receta más clásica que existe, la de lasaña boloñesa, con bechamel y ragú.

Si ya tienes tu receta favorita de ragú, síguela sin problemas. Sé bien que cada familia tiene su receta personal, la que les heredó la abuela, escrita a mano en un cuaderno viejo, a la que tienen mucho cariño. Elegí el ragú que hacía mi madre, no muy complejo y bastante rápido de hacer, pero muy sabroso.

En cuanto a la bechamel, sin embargo, opté por una versión muy ligera sin leche ni derivados. Mi bechamel, de hecho, no requiere el uso de mantequilla y se elabora muy rápidamente solo con aceite, leche vegetal (la que elijas) y harina de arroz integral Mulino Marello. Si no eres intolerante a la lactosa ni tienes alergia a los lácteos, siempre puedes sustituir la leche vegetal por leche de vaca.

Lasaña casera: consejos y trucos útiles

Como ocurre con otros tipos de pasta casera, también en el caso de lasaña el método más sencillo para extender la masa es la laminadora, que permite obtener una lámina de pasta lo más fina y homogénea posible. Pero si no lo tienes, no hay problema, simplemente puedes usar un rodillo como lo hice yo.

El consejo es extender la masa muy fina, hasta un espesor máximo de 2 – 3 mm, para que una vez cocida la masa quede fina y suave. De hecho, no sería agradable al paladar tener una lasaña espesa y masticable en la boca.

Tener siempre a mano harina de arroz es fundamental, porque te permitirá espolvorear bien la superficie de trabajo y el bloque de masa para poder extenderlo uniformemente sin que se pegue a la superficie de trabajo, evitando así que se pegue y consecuentemente se formen agujeros.

Una vez que hayas obtenido el grosor deseado, será necesario que cortes la masa con un cuchillo dándole la forma que más te convenga. Ajústelo al tamaño de la fuente para hornear que desea usar y corte la masa en consecuencia, siguiendo el perímetro de la fuente. Por lo tanto, puedes optar por hacer las láminas con forma cuadrada, rectangular, ovalada o redonda.

Precocción

Hay quienes blanquean las lasañas en agua caliente y quienes las utilizan recién hechas para luego prepararlas crudas y luego cocerlas directamente en el horno. La pregunta es un poco controvertida y además en este caso sigue el procedimiento con el que siempre te ha gustado.

Personalmente encuentro que escaldarlas en agua hirviendo facilita la cocción, permitiendo así que la lasaña casera, rústica de por sí, se cocine de forma uniforme y sobre todo más rápida una vez en el horno. Así que llena una cacerola con abundante agua, ponla a hervir y sumerge las hojas una a una, con delicadeza, dejándolas hervir sólo 1 o 2 minutos como máximo. Escurrirlas con una espumadera e inmediatamente sumergirlas en una segunda cacerola llena de agua fría y un chorrito de aceite, para que se enfríen y detengan la cocción. Luego colóquelos sobre un paño limpio y séquelos para eliminar el exceso de agua. Luego procede a componer tu lasaña.

¿Cuántas capas hacer?

No os dejéis llevar, es mejor no exagerar con las capas para no quedar una lasaña demasiado alta que correría el riesgo de no cocinarse a la perfección. Lo ideal serían 3 o 4 capas, 5 como máximo si tienes una fuente para horno especialmente alta.

Lasaña: ¿es posible conservarla?

Con las dosis de pasta fresca que te daré a continuación obtendrás una cantidad seguramente mayor que el número de láminas que necesitarás para hacer tu lasaña. Así que te doy una buena noticia: es posible congelar las hojas ya preparadas y utilizarlas cuando sea necesario.

Luego corta las hojas del tamaño deseado, superpóngalas de 5 a la vez, separándolas una a una con una hoja de papel de horno en el medio. En este punto, envuélvelos en film transparente y colócalos en el congelador. Las láminas de lasaña congeladas estarán listas para ser descongeladas, escaldadas y utilizadas según sea necesario.

Receta creada por Visconti Silvia

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www.pasticcerandosenzaglutine.it